Arde Madrid Temporada 1 Dios es Dios y yo soy yo

Ana Mari, instructora de la Sección Femenina, recibe el encargo, por orden de Franco, de ir a trabajar de criada a casa de Ava Gardner con la intención de espiarla. Para ello, le buscan un falso marido, Manolo, quien será el chófer personal de la actriz. Pasado un mes de convivencia, y debido a sus caracteres opuestos, la pareja sigue marcando territorio. Manolo se ha metido en un negocio de contrabando de whisky e intenta convencer a Ana Mari para que le ayude. Además, Pilar, la doncella de la casa, le confiesa a Ana Mari que tiene dos faltas y podría estar embarazada. Por su parte, Bill Gallagher, secretario personal de Ava, intenta entusiasmarla para que lea un guión, con la intención de que vuelva al trabajo.

Pilar y Ana Mari hacen la prueba de la rana para saber si Pilar está embarazada. Por su lado, Manolo debe conseguir 50 000 pesetas con urgencia para devolvérselas a Vargas, el gitano que se las adelantó para el whisky. El matrimonio Perón sube a hablar con Ava para comunicarle que no pueden dormir debido a sus prolongadas fiestas. Manolo no consigue el dinero y recibe la amenazante visita de Vargas y los suyos. El gitano se confiesa fan de Ava y le pide a Manolo unas bragas de la actriz como aval de su deuda. Mientras tanto, las ranas han desovado: se confirma el embarazo de Pilar.

Manolo y Ana Mari se ven obligados a asistir a la comunión de la hija de Vargas. Allí le cuenta el gitano que Lucero, su mujer, ha encontrado las bragas de Ava y que está convencida de que tienen un romance. Como prueba de amor, Lucero le pide un lujoso collar que Ava luce en la portada de una revista. Vargas le dice a Manolo que quiere comprarle el collar a Ava. Manolo y Ana Mari se van de la comunión sin despedirse. Ya por la noche, Floren, hermano esquizofrénico de Ana Mari, llega a casa de Ava. Los gitanos le han pegado una paliza. A Ana Mari no le queda más remedio que esconderlo en la habitación de servicio. Por la noche, Floren se mea en la cama y Ana Mari se ve obligada a dormir con Manolo.

Ana Mari se despierta aturdida por haber dormido con Manolo. Los hombres de Vargas tienen la casa vigilada. Perón, al ver los coches de Vargas, se obsesiona con la idea de que intentan matarle. Manolo y Ana Mari van a ver al Vargas para llegar a un trato. Muy a su pesar, el gitano les pide que si el collar no se puede comprar, no les queda más remedio que robarlo. Ana Mari les informa de que Ava asistirá al bautizo del hijo de Lola Flores y que se lo pueden robar allí. Ava invita a Pilar a que la acompañe al bautizo. A la salida, el gitano que debe robar el collar, se emboba y no lo hace. Ya de vuelta en el coche, mientras Ava se da el lote con un amante, se le cae el collar y Manolo se lo queda.

Manolo intenta convencer a Ana Mari para quedarse con el collar dos días. Piensa hacer una réplica para el Vargas y sacar un buen pellizco. Ana Mari no le apoya, pero le deja hacer. Ava se da cuenta de que le falta el collar y desconfía de ellos. Manolo lleva el collar a un joyero y encarga una réplica. Ana Mari lleva a Pilar a una monja con la intención de que le entregue al hijo que espera. Manolo se ve con Vargas, le cuenta la milonga de que ha convencido a Ava para que le venda el collar por 300.00 pesetas. Por la noche, Ava cena con sus invitados y recibe la terrible noticia de que su íntimo amigo Ernest Hemingway ha muerto.

Ava se va a Mallorca a un evento. Sigue enfadada con Manolo y Ana Mari hasta el punto de pedirle a Bill que les despida. Ana Mari se tira un farol y dice que el collar ha aparecido. Durante el evento en Mallorca, a Pilar se le escapa que está embarazada y está convencida de que Ava lo sabe. Manolo y Ana Mari están cada vez más unidos, hasta tal punto, que en la Sección Femenina le dicen que ha terminado su misión y ella busca una excusa para quedarse más tiempo. El Vargas le entrega 300.000 pesetas a Manolo.

Ava se despierta eufórica y comunica al servicio que quiere hacer un pequeño homenaje a su amigo Hemingway. Durante los preparativos, Ava y Perón se encuentran en el jardín, éste le da el pésame y hacen las paces. El pequeño homenaje se convierte en una fiesta loca de más de 300: bugaloo, flamenco,... Incluso se presentan el Vargas y Lucero con el collar puesto. Ana Mari y Manolo harán filigranas para que Ava no se de cuenta. Sin poder pegar ojo, y cada vez más indignados, los Perón llaman a la Guardia Civil quien se presentan en casa de Ava a parar la fiesta.