Fecha de lanzamiento | 2022-08-11 |
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tiempo de ejecución | 7 minutos |
Géneros | Animación, Familia |
Estrellas | Stephen Fry, Alex Marty, Montana Smedley, Courtney Webb |
directores | Guillermo García Carsí, P. Kevin Strader, Pippin Parker, Raye Lankford, Luis Gallego |
Pocoyó es un niño muy curioso, quien vivirá con sus amigos innumerables aventuras en un mundo que está empezando a descubrir. "Pocoyó" es una serie de animación 3D producida en España, cuya animación, orientada al público de edad preescolar, se caracteriza por sus fines educativos y pedagógicos. Esta serie estimula los sentidos de los más pequeños en donde predominan los colores fuertes, la música y los movimientos. En la versión española pone su voz José María del Río. Serie educativa que obtuvo gran éxito en países como Japón, Reino Unido o Australia, además de obtener premios internacionales como el BAFTA o el Annency.
Pocoyó encuentra un paraguas. Se lo pasa muy bien junto con sus amigos jugando con este nuevo objeto mientras tratan de averiguar para qué sirve. Cuando empieza a llover, Pocoyó – con la ayuda de nuestros espectadores- ¡le da muy buen uso!
A Pocoyó y a sus amigos les encanta bailar al son de la música de la orquesta. Cuando la orquesta para, nuestros amigos intentan formar su propia banda. Los ronquidos de Pajaroto sirven de base, y juntos hacen un compás maravilloso y lleno de armonía.
Pocoyó nos enseña que recoger también puede ser divertido: una escoba puede ser un caballo, una guitarra o incluso ¡un palo de hockey!
Pocoyó encuentra un teléfono. Tiene que averiguar para qué sirve y quién está al otro lado del auricular. ¡Se trata de Elly, que los invita a todos a una fiesta!
Pocoyó y Loula se van a la playa, pero pierden la pelota. Aprenden cosas nuevas acerca de colores, formas y figuras mientras se van encontrando a sus amigos.
Pocoyó tiene una amiga muy especial: una pequeña nube que sólo quiere jugar.
Pocoyó decide hacerle un regalo muy especial a Elly. ¿De qué se tratará?
Pocoyó encuentra una radio. Pato baila al estilo funky, mientras que Elly hace una demostración de un ballet impecable. Pocoyó escucha una sintonía que le gusta y encuentra su propio estilo. ¡Cada uno baila a su manera!
Elly está resfriada y los estornudos son tan fuertes que derriban la torre de piezas de construcción de Pocoyó. Pocoyó y Pato tienen que encontrar una solución.
Pocoyó tiene que seguir las pistas a través de una serie de fotografías para averiguar quién se ha llevado la cámara.
Pocoyó quiere hacerse amigo de una mariposa, pero cada vez que se acerca para decir “hola”, la mariposa se marcha volando. Con la ayuda de Pajaroto, logran acercarse a ella.
Pocoyó se lo está pasando muy bien haciendo pompas de jabón. Elly también quiere jugar. No se ponen de acuerdo para compartir el juguete. Al final, se dan cuenta de que lo mejor es compartir.
Pocoyó encuentra una llave que le lleva a una nueva aventura de exploración y descubrimientos.
Pato y Elly se lo están pasando muy bien saltando a la comba. A Pocoyó le parece divertido y también quiere saltar. Lo intenta, pero no lo consigue. Les pide ayuda a sus amigos.
El huevo de Pajaroto cobra vida propia. Pocoyó y Pato tienen que devolverlo al nido justo antes de que algo salga del cascarón.
Pocoyó juega con nosotros al escondite. ¿Podéis encontrarle?
Pocoyó quiere tocar el tambor, pero sus amigos están ocupados con otros instrumentos. Pocoyó aprende que a veces los amigos no tienen por qué hacer lo mismo que él.
Elly y Pocoyó echan una carrera, y se sorprenden cuando un desconocido les gana.
Pocoyó tiene que cuidar el castillo tan bonito que Elly ha construido con los bloques de construcción. Pocoyó no puede resistir la tentación, toca el castillo y lo derriba sin querer. ¿Cómo va a arreglar las cosas Pocoyó?
Pocoyó y sus amigos descubren que sus huellas son completamente diferentes. Cuando ven unas huellas enormes se asustan mucho, pero pronto se dan cuenta de que uno de ellos lleva unos zapatos un poco raros...
Pocoyó les da a sus amigos las pocas gotas de agua que quedan en la regadera en lugar de dársela a sus flores musicales. Pato y Elly están tan agradecidos que le devuelven el favor.
Cuando Pocoyó y Elly deciden jugar a los restaurantes, Pato, muy enfadado, se convierte de forma inconsciente en el cliente desagradable. Pato no comprende que se trata de un juego.
Elly encuentra una estrella muy bonita que ha caído del cielo. Está encantada con ella y se la quiere quedar. Pocoyó le explica que la estrella es para todos. Juntos, la devuelven al lugar donde debe estar.
Pato tiene hipo. Pocoyó, Elly y Loula le ayudan a que se le quite dándole una gran sorpresa.
Cuando Pocoyó quiere enviarle una carta a Elly, Pato hace de cartero. Tras muchas idas y venidas, Pato entrega un paquete tamaño gigante.
Pocoyó no quiere jugar con Loula porque ya tiene un perrito de juguete.
Nuestros amigos van a jugar a batear la pelota con Fred, el pulpo. Todos quieren batear, pero pronto aprenden que deben aguardar a su turno.
Elly tiene manchas, así que Pocoyó y Pato tienen que suspender el picnic para poder cuidarla. Cuando se recupera, Elly se lo agradece organizando otra merienda.
Nuestros amigos están jugando con un avión de juguete cuando se marcha volando hacia el espacio. Se marchan a la aventura para recuperar su juguete. Por el camino se encuentran a algunos extraterrestres amables.
Los amigos de Pocoyó deciden prepararle una fiesta sorpresa para demostrarle lo mucho que lo quieren.
Pocoyó y Pato juegan con su nueva pelota. De repente, la pelota cobra vida propia, y nuestros amigos la tienen que perseguir. ¿Quién la tendrá? ¡Es Baby Bird, que también quiere jugar!
Hoy Pocoyó es Súper Pocoyó – un superhéroe dispuesto a sacar a sus amigos de apuros, incluso cuando no lo están.
Nuestros amigos han planeado hacer una excursión – sin embargo, Pocoyó y Pato tienen demasiado equipaje. Al final, se dan cuenta de que lo único que necesitan para ir de excursión son sus amigos, y que no importa si estás en casa o fuera.
Pocoyó encuentra un nuevo amigo con el que jugar – ¡su ecoooo!
Elly emprende un viaje fantástico en sueños. Mientras está dormida en su silla, Pocoyó y Pato la protegen del peligro.
Pocoyó quiere jugar a pitch and putt como sus amigos, pero la verdad es que no se le da muy bien. Presta mucha atención para ver cómo lo hacen sus amigos y al final le coge el tranquillo.
Pocoyó está muy impresionado con lo bien que se les dan a Elly y a Fred el pulpo los malabarismos. Pocoyó también quiere jugar. Fred el pulpo hace que Pocoyó practique una serie de actividades que a simple vista no tienen nada que ver con los malabarismos. Al final ¡Pocoyó lo consigue!
Pato, recién salido de la ducha, pretende seguir limpio. Pocoyó y Elly no piensan lo mismo, y pronto Pato se da cuenta de que ¡ para que lavarse sea divertido, primero hay que mancharse!
Pocoyó quiere se un pato, un perro y un elefante, pero cuando Loula necesita su ayuda, nuestro amigo se da cuenta de que lo mejor es ser él mismo.
Pocoyó, Elly y Pato celebran su propia versión de las olimpiadas- con una serie de pruebas muy divertidas y originales.
Pocoyó se imagina que los peces viven en lugares diferentes y hace varios dibujos para sus amigos.
Es el cumpleaños de Ballena. Cuando nuestros amigos pierden los regalos de camino a la fiesta, están tristes. Sin embargo, a Ballena le basta con verlos. ¡Lo único que se necesita para una fiesta son los amigos!
Pocoyó encuentra un nuevo amigo – una oruga hambrienta. Ve asombrado cómo su pequeña amiga se transforma.
Pocoyó encuentra un juguete nuevo – un mando a distancia que cambia los colores de las cosas que hay a su alrededor. Se lo pasa muy bien hasta que empieza a cambiar de color sus amigos. Al final, tenemos que ayudarle a arreglar las cosas.
Pocoyó y Pato tienen que irse a la cama. Sin embargo, Pocoyó no está nada cansado. Cada vez que Pato está a punto de quedarse dormido, Pocoyó le molesta. Al final también Pocoyó está cansado, y entre todos ayudamos a Pato a dormir.
Pocoyó y Pato se enfadan, se enfadan de verdad. Están tan enojados, que construyen una pared para separarse. Mientras están uno a cada lado de la pared, se dan cuenta de que no es nada divertido estar enfadado con los amigos y que se echan mucho de menos.
Cuando Pocoyó está muy triste, Fred el pulpo intenta animarlo. Cuando Elly se cae mientras ensaya sus pasos de ballet, Fred la anima. Cuando Pato está de mal humor, a Fred le cuesta mucho trabajo hacerle reír.
La nueva caja de Pocoyó cobra vida propia cuando Loula se mete debajo. Al final, con la ayuda de sus amigos, Pocoyó adivina QUIÉN está en la caja.
Pocoyó y Pato se lo están pasando muy bien jugando con unas piezas de construcción mágicas que forman torres cuando suena algún tipo de música. Sin embargo, la diversión acaba cuando Pato se queda atrapado en la cima de una torre muy alta. ¿Cómo va a hacer Pocoyó para bajar a su amigo sano y salvo?
Pocoyó ha decidido pintar un retrato. Sin embargo, ninguno de sus amigos aguanta sentado el tiempo necesario para acabar el cuadro. Pocoyó está triste porque cree que no ha podido conseguir lo que quería hacer, pero cuando mira el cuadro de otra manera, se da cuenta de que ha conseguido captar la esencia de sus amigos.
Pocoyó está a cargo de vigilar la muñeca favorita de Elly, pero la rompe. En lugar de decirle la verdad, Pocoyó se hace pasar por su muñeca. Elly pronto se da cuenta de lo que está pasando. Elly perdona a Pocoyó y arregla su muñeca.
Pocoyó y sus amigos juegan a disfrazarse y el narrador decide contar un cuento. El cuento de hadas tradicional adopta un estilo algo loco, ya que los personajes se saltan las convencionalidades dándole a la historia un toque divertido con resultados sorprendentes.