Fecha de lanzamiento | 2021-05-24 |
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tiempo de ejecución | 50 minutos |
Géneros | Drama, Comedia |
Estrellas | Ximena Martínez, Ximena Herrera, Victoria White, Grettell Valdéz, Rubén Zamora |
directores |
Frida, de 16 años, hija mayor del multimillonario Abelardo Pons (Eduardo Santamarina), desaparece la noche del cumpleaños de su padre, bajo muy extrañas circunstancias. La vida de la familia cambia para siempre: de una, aparentemente feliz y perfecta, pasan a una donde se revelan secretos, surgen conflictos y mentiras. Todos se convierten en sospechosos, pero nadie espera el impactante giro que tomará la historia, cuando tratan de ocultar la verdad.
Es el cumpleaños de Abelardo Pons, un reconocido empresario y padre de tres hijas. Frida, de 16 años sale esa noche junto con sus primos y todos sufren una pesadilla que marcará sus vidas.
Una llamada le confirma a Abelardo que Frida está en problemas. Debe seguir las instrucciones al pie de la letra, le advierten que quieren verlo sufrir. El empresario no dice una sola palabra.
La presencia policial complica la situación. El captor exige más dinero y promete peor venganza.
Abelardo reconoce la voz en la grabación de la llamada del secuestrador, y la policía va tras él.
Los Pons ventilan el caso de Frida en TV, pero las sospechas surgen en el seno de la familia.
La policía descubre que Diego consume drogas, y todas las dudas recaen sobre él.
Un email de Frida y una mancha de sangre colocan a Diego y a Tomás en el ojo del huracán.
Los titulares en la prensa destapan la polémica, y los Pons están indignados.
Frida descubrió un secreto y lo usó para chantajear a Sasha y conseguir un documento falso.
La policía sigue un protocolo antes de ir tras una pista, y eso desespera a los padres de Frida.
Cabrera y su equipo descubren un lugar, y los rastros de ADN confirmarán si Frida estuvo allí.
Abelardo Pons cree que Martín es incapaz de llevar adelante el caso de Frida y exige que lo aparten.
Marcela desaparece sin decir a dónde va y se entera cómo y por qué Cabrera perdió a su familia.
A casi tres semanas de la desaparición de Frida, una reportera enciende las alarmas.
Desde que Frida desapareció, Marcela cree que su familia nunca volverá a ser como antes.
Marcela tiene una oportunidad de acercarse a su esposo. No se dan cuenta que alguien más los ve.
Aparece el cuerpo de una joven con las características de Frida y sus padres deben ir a reconocerla.
Martín se confiesa en la terapia: está enamorado, pero se deja llevar por las circunstancias.
La policía se enfoca en el motivo de la desaparición de Frida, pero llega un mensaje alentador.
Todo apunta a que alguien de la familia Pons, o muy cercano a ella, tiene conexión con el caso.
La policía tiene razones para creer que quien tiene a Frida se comunicará otra vez.
Salvador tiene todo para hundir a Abelardo Pons y no sólo se trata de una demanda.
Abelardo está acorralado, impone sus reglas y pierde el control con su cuñado.
La confesión de Abelardo tiene consecuencias insospechadas. Marcela asume las riendas.
Llega un mensaje sobre una vida libre de mentiras, pero todos tienen algo que ocultar.
Cada movimiento cuenta, Marcela debe ir sola con el dinero a un parque público.
Han pasado muchas horas y es momento de pensar que, quizás, el secuestrador quiera más dinero.
Abelardo tiene una explicación, pero la fiscal llega con una orden de registro.
Abelardo pierde la cabeza cuando lo interrogan y ve con recelo un video de seguridad.
Frida organizó un paseo en la escuela al que nunca asistió y se fue con "alguien especial".
Una cita secreta tiene un propósito: podría revelar quién traicionó a Abelardo.
La fiscal, Abelardo y el capitán Pedroza sospechan de Cabrera y su relación con Marcela.
Abelardo trae agua para su molino. Marcela se lleva la sorpresa de su vida.
Las autoridades lanzan un anzuelo y preparan la grabadora para obtener una prueba irrefutable.
Abelardo cuenta con el espía que sigue a Marcela a todas partes, y un dato crucial lo moviliza.
Abelardo enfrenta a su esposa e intenta llevársela. Martín y Marcela se sienten culpables.
Un nuevo análisis conduce a una cámara fotográfica. Familiares y amigos de Frida entregan las suyas.
Marcela comparte la rutina de Abelardo con la policía, y hacen un cateo secreto.
La salud de Abelardo Pons está estable, y las autoridades no le darán ningún privilegio.
Trasladan a Abelardo Pons a un tribunal acusado de secuestro de menores.
El secuestrador llega para alimentar a Frida, y ella ve la foto de su padre detenido.
La coartada de Abelardo despierta el interés de Cabrera por otros familiares e interroga a Salvador. Rafaela reclama a su marido perderse toda la noche y tener comestibles ocultos en el auto.
Con tantas evidencias, aparentemente plantadas, todo es circunstancial. Necesitan a Marcela.
Cabrera vuelve a la cabaña con Marcela, y descubren que el lugar no fue elegido al azar.
El dueño de la cabaña es un empresario canadiense, y es necesario hablar con él.
Salvador, cada vez más presionado por quienes lo rodean, tarda más en regresar a la cabaña. Frida ya no tiene alimentos y toma una medida desesperada. Nueva orden de la fiscal para Abelardo.
Abelardo está en la cárcel y Marcela lo visita con un solo objetivo: que se ponga en su lugar, luego de todas las pistas halladas en su contra. Cabrera interroga a Salvador Terán.
Salvador no quiere responder más preguntas de Cabrera, se las arregla para evitar que lo “acose”. Rafaela ata cabos y saca sus propias conclusiones.
Salvador pierde el control, quema la evidencia y prepara el arma para eliminar a Frida. Cabrera visita a Marcela e insiste, aunque fuera de su vida y de la investigación, encontrará a su hija.
La verdad es tan cruda, que Rafaela no puede creerle a Salvador ni al monstruo en el que se convirtió. Se trata de su marido y su sobrina enredados en una historia de amor imposible.
Frida fue hallada con vida y trasladada al hospital, por el propio Martín Cabrera, quien hace el anuncio a través de la prensa. Salvador teme que ella despierte y lo cuente todo.
La carta de Frida no solo habla del amor que existe entre Abelardo y su hija, ahora es una pieza clave de la investigación. Cabrera se la entrega en persona a Pons y le parte el corazón.
Salvador pasa por su peor momento, debe acompañar a sus hijos a ver a Frida en el hospital. Después de todo, mirar a los ojos a su exrehén provoca una crisis que no puede ocultar.
Cantú y Robles llegan con una orden de allanamiento al taller de Salvador Terán. Revuelven todo, buscan la conexión que Sasha encontró entre Eric Bernard, el empresario canadiense y su jefe.
Sasha debe monitorear a Salvador, a sol y a sombra, a pedido de Abelardo.
Interrogan a Salvador, para todo tiene una respuesta, incluso justifica la cancelación de su viaje hace dos días. Cabrera intenta refrescarle la memoria y aplica una de sus mejores técnicas.
Salvador no puede más y una invitación familiar se convierte en otra tortura. Los recuerdos lo atormentan y Rafaela le exige que se controle. Todos rezan por Frida, la operan otra vez.
Los Pons se hunden en el dolor por Frida y las autoridades van a la caza del asesino. Ahora el caso es homicidio doloso en primer grado. El destornillador ensangrentado, la mejor pista.
Presentarán cargos contra Salvador Terán, mientras Rafaela insiste en que su marido nada tiene que ver. Casi, como seguir un libreto, elaboran una versión, basada en los abusos de Cabrera.
Salvador debe responder preguntas de Cabrera y de la fiscal. Una relación secreta impulsó a Frida a fugarse de su casa y al día siguiente de su desaparición, llamó a su tío para estar con él.
Salvador va a la corte a oír los cargos que le imputan y Abelardo pierde el control. Rafaela habla con sus hijos sobre la confesión de su padre, pero Ingrid cree que lo obligaron a decir eso.
Marcela visita a Salvador en prisión, necesita ver a los ojos “al cobarde” que mató a su hija. El encuentro desata la ira, Terán sigue negando que abusó de Frida y que le disparó.
Con un caso repleto de irregularidades, Rafaela y su abogado adelantan la audiencia. Terán podría usar una estrategia legal para justificar por qué dijo lo que dijo en su confesión.
Una exalumna de Salvador aparece para contar su historia de drama y dolor. Cabrera obtiene información sobre qué hizo Terán, cuando era profesor universitario. Abelardo busca otra oportunidad.
Marcela encuentra demasiadas coincidencias en los dibujos de Laura, aunque la hermanita menor de Frida no tuvo contacto con los medios, ni nadie le dio información tan detallada del crimen.
Terán pide que lo saquen de prisión cuanto antes, así sea necesario declararlo loco, su abogado piensa en trasladarlo a una cárcel de máxima seguridad. La policía sigue tras el arma homicida.
La fiscal Zambrano interroga a Rafaela y se centra en el perfil psicológico de Ingrid, como una posible víctima de su padre, aunque los sentimientos de ella por Salvador sean inobjetables.
Marcela sube al estrado y testifica en el juicio contra Salvador Terán, la defensa le hace una sola pregunta que desacredita a los investigadores del caso y deja al jurado boquiabierto.
La defensa contraataca. Rafaela denuncia acoso policial y Martín debe responder. Las artimañas legales dibujan el perfil de un agente con problemas. Una grabación juega en su contra.
Es un día decisivo, el tribunal anunciará su veredicto sobre el caso de Frida Pons y la culpabilidad o no de Salvador. Rafaela confiesa a sus hijos que siente miedo por lo que pueda pasar.
Rafaela y Salvador piensan en abandonar el país, pero su situación económica es complicada. La Fiscalía prepara otra demanda contra Terán, él no debe enterarse. Abelardo pierde la cabeza.
Marcela interroga a Salvador, sabe que él no mató a Frida y le pide una pista. Cantú y Cabrera revisan los movimientos financieros de Rafaela, los conduce hasta Lorena y la enfrentan.
A Rafaela se le complica la vida, no puede salir del país y el soborno a la testigo la compromete. Debe responder más preguntas a la policía, también a Salvador quien tiene su propia teoría.
Rafaela y Salvador se encargan de limpiar su imagen ante la opinion publica. Abelardo desembolsaria la cantidad que sea, con tal de que el asesino de Frida pague por lo que hizo.
Marcela ve con claridad en sus pesadillas, cuatro elementos relacionados al crimen de Frida. Rafaela complace a Salvador y le muestra que todo eso está en su poder.
Tras la noticia del hallazgo de las evidencias del caso de Frida, Rafaela corre a ver a Sasha. La policía interviene el teléfono, oyen una llamada de Robles a Abelardo y obtienen una pista.
En el peritaje de la escena del crimen de Sasha, Cabrera encuentra una pista. La teoría de un robo no está descartada, pero ¿hay alguna relación entre el crimen de Frida y el de Sasha?
Robles anuncia que llegó la hora de cumplir con la misión que le encomendó Abelardo y con un arma de alto calibre tiene a Salvador en la mira. Los hijos de Rafaela buscan pruebas en su clóset.
Tomás ya no soporta más el caos familiar, va con la policía y busca apoyo en casa de su primo Diego. La fiscal Zambrano ordena protección para los hijos de Terán, Ingrid sufre otra crisis.
La policía tiene la prueba conclusiva que necesitaba, Salvador le sugiere a Rafaela entregarse. La fiscal Zambrano tiene una propuesta para él y a escondidas de su mujer, la escucha.
Es Año Nuevo, Salvador y Rafaela brindan como pareja. Al creerse traicionada, prepara su venganza. Pons la convence para que venga sola a pasar esa noche con sus hijos y el resto de la familia.
Rafaela le da una vuelta de timón a su estrategia, las dudas surgen por todos lados. Es muy pronto para sacar conclusiones, la policía investiga si Salvador se quitó la vida o lo mataron.
La policía despliega una búsqueda por tierra y aire para arrestar a Rafaela. Ella logra escapar y se refugia en un lugar donde nadie la pueda encontrar. Ingrid es su rehén y comete un “error”.
Rafaela se enfrenta a tiros con la policía, tras una larga persecución. Cantú es blanco de una de las balas. Cabrera persigue a la sospechosa, están cara a cara y ella dispara primero.